¿SATE o fachada ventilada? A menudo se presenta esta pregunta cuando se está tratando de escoger la solución que proporcione la máxima eficiencia energética y confort térmico de un edificio, cumpla con las espectativas a nivel estético y cuente con una relación calidad-precio adecuada. Y es que el aislamiento, la estética y el coste de la solución son aspectos importantes a la hora de valorar una opción u otra como protección para el cerramiento del edificio.
Se trata de conseguir que los cambios en la temperatura de la calle no se vean reflejados en el interior de los edificios, y para ello se recurre a los sistemas de aislamiento. Y dos de los más eficaces tanto para rehabilitación como obra nueva son precisamente los sistemas SATE y las fachadas ventiladas, gracias a la minimización de los puentes térmicos.
Sin embargo, escoger puede ser complicado, por eso queremos ayudar a conocer las características del que podría ser el mejor sistema de aislamiento para fachadas. Para ello vamos a plantearte las ventajas e inconvenientes de cada uno de ellos y elaboraremos una serie de conclusiones que te ayuden a tomar una decisión entre estos dos sistemas de aislamiento por el exterior.
Principales ventajas del SATE en fachadas
Los sistemas SATE de aislamiento de fachadas: son una solución constructiva aislante basados en la aplicación por el exterior de placas aislantes que van directamente adheridas a la fachada del edificio.
Dependiendo del material de estas placas aislantes podemos tener además de una mejora térmica una mejora acústica y desde el punto de vista del diseño pueden presentar acabados muy variados, incluso con aplacado cerámico. Así que resuelven perfectamente las necesidades estéticas ya sea en una rehabilitación o en una obra nueva.
- Revalorización de la vivienda. Este sistema contribuye a la renovación de la imagen del edificio.
- Mejora del confort térmico. Gracias al material aislante se contribuye al ahorro energético.
- Se trata de una piel extra en todo el edificio, y que por lo tanto elimina los puentes térmicos, puntos por donde se escapa la energía (calor o frío).
- Atmósfera saludable interior. Otra ventaja del sistema SATE viene dada por su buena transpirabilidad que evita condensaciones además de incrementar la impermeabilización frente a la lluvia.
- Confort acústico. Dependiendo del material aislante se puede aportar además de una mejora acústica en el interior de las viviendas.
- Óptima relación calidad/precio. Solución con una instalación más simple de instalar, que tiene como resultado un abaratamiento de costes frente a otras como la fachada ventilada.
Fachada ventilada: ventajas e inconvenientes
El sistema de aislamiento de fachada ventilada consiste en un muro portante anclado al cerramiento del edificio mediante un sistema de fijación, entre ambos elementos se crea una cámara de aire, no estanca, que permite la ventilación y en la que se acostumbra a colocar un material aislante.
La fachada ventilada se basa en la colocación de una subestructura metálica sobre la que se instala una hoja exterior. Es necesario nivelar adecuadamente esta subestructura, lo que supone un trabajo delicado, y en ese sentido encarece el proyecto al requerir de empresas instaladoras muy especializadas.
Sin embargo, es cierto que la capa intermedia de aire que se crea es muy eficaz a la hora de aislar, al igual que en los SATE. Para establecer una comparación sencilla, sería como instalar un toldo permanente sobre toda la superficie de la fachada, que deja una cavidad en la que se coloca el aislante y además circula el aire por efecto chimenea, renovándolo de una manera natural.
Otro punto a tener en cuenta es que, al tratarse de una solución colocada sobre una estructura metálica anclada al soporte, hay que tener mucho cuidado en la instalación para evitar la aparición de puentes térmicos.
SATE vs. fachada ventilada: ¿cuál es el mejor revestimiento para fachadas?
Ahora que conocemos algo mejor ambas soluciones, ¿cómo escogemos la más adecuada? La elección SATE / fachada ventilada puede parecer difícil pero lo cierto es que una de las dos presenta una serie de ventajas sobre la otra que la convierten en una apuesta ganadora.
Ambos sistemas consiguen mejorar notablemente el aislamiento térmico, con las repercusiones que esto tiene sobre el consumo energético y el bienestar en el interior. Pero ante un resultado satisfactorio por parte de ambas, nos quedamos con el sistema SATE:
- Colocarlo es mucho más fácil (la fachada ventilada presenta una mayor complejidad), y esto se traduce en horas de trabajo y por tanto en costes. Por tanto, desde el punto de vista calidad/precio, SATE es la opción ganadora. Obviamente los dos consiguen ahorrar en gastos de climatización, pero la instalación inclina la balanza hacia el SATE.
- En cuanto a los puentes térmicos, SATE los evita ya que no va soportado por una subestructura que debe estar perfectamente nivelada como es el caso de la fachada ventilada. Instalarlo de forma que se maximice su eficacia es mucho más sencillo.
- El mantenimiento en ambos sistemas es sencillo, pero en el caso de la fachada ventilada habrá que estar pendientes de la acumulación de suciedad en la cámara de aire creada.
Por tanto, y aunque ambas técnicas consiguen confort térmico y aislamiento, nos quedamos con SATE. Ofrece acabados variados y puede aportar un plus de aislamiento acústico muy interesante en viviendas. Además, en Weber somos expertos y ponemos a tu disposición nuestra guía de sistemas SATE con la que conocer un poco más a fondo las características de esta solución.