¿Qué implica la eficiencia energética en edificios?
La eficiencia energética en edificios se refiere a la capacidad de un edificio para minimizar el consumo de energía y maximizar el uso de energías renovables para reducir su impacto ambiental y mejorar su sostenibilidad.
Esto implica la optimización del consumo de energía en todas las etapas del ciclo de vida del edificio, desde el diseño y la construcción hasta la operación y el mantenimiento.
Algunas de las medidas de eficiencia energética en edificios incluyen el uso de materiales de construcción energéticamente eficientes, la instalación de sistemas de iluminación y calefacción eficientes, la mejora de la ventilación y del aislamiento térmico de la fachada, el uso de tecnologías de control de consumo de energía, y la integración de fuentes de energía renovables.
La eficiencia energética en edificios no solo reduce el impacto ambiental y la huella de carbono del edificio, sino que también puede generar importantes beneficios económicos y sociales, como la reducción de los costes de energía y mantenimiento, el aumento del valor y la rentabilidad del inmueble y la mejora del confort y la calidad de vida de los usuarios.
El papel del SATE en la consecución de certificaciones medioambientales sostenibles
De manera general, el SATE presenta un impacto positivo en la consecución de edificios eficientes, ya que se trata de un sistema de aislamiento térmico por el exterior capaz de reducir las pérdidas térmicas y mejorar la capa aislante de la envolvente del edificio.
Esto se traduce en una disminución del consumo de energía para climatización y calefacción, lo que a su vez reduce las emisiones de gases de efecto invernadero y el impacto ambiental asociado a la generación de energía.
El SATE, además, también puede contribuir a la mejora de la calidad del aire interior del edificio, ya que reduce la condensación en la envolvente del edificio y evita la aparición de humedades y mohos que pueden ser perjudiciales para la salud.
Al constituir una tecnología sostenible y amigable con el medio ambiente, los SATE pueden contribuir significativamente a la obtención de certificaciones medioambientales sostenibles.
Certificación medioambiental LEED
De esta manera, las certificaciones medioambientales como LEED (Leadership in Energy and Environmental Design) o BREEAM (Building Research Establishment Environmental Assessment Method) son herramientas que se utilizan para medir el impacto ambiental de los edificios y su sostenibilidad.
Para obtener estas certificaciones, los edificios deben cumplir con ciertos criterios y estándares en cuanto a eficiencia energética, consumo de recursos, calidad del aire interior, gestión de residuos y uso de materiales sostenibles, entre otros aspectos.
Centrándonos únicamente en la certificación medioambiental LEED, esta ofrece, desde una tercera parte completamente independiente a la edificación, una validación sobre los criterios y características sostenibles que forman parte del proyecto, valorando su impacto en 6 categorías principales: Localización y Transporte (LT), Parcelas Sostenibles (PS), Eficiencia en Agua (EA), Energía y Atmósfera (EyA), Materiales y Recursos (MR) y Calidad Ambiental Interior (CAI).
Para poder obtener la certificación, todas las medidas de diseño y construcción sostenibles deben ser incorporadas desde la etapa inicial, contando con la participación conjunta de todos los actores que forman parte del proyecto.

Entre las ventajas de afrontar un proyecto para ser certificado con LEED destacan, sobre todo, las reducciones en consumos de energía y agua, así como la reducción en emisiones de CO2 y la disminución de desechos, aumentando, al mismo tiempo, la vida útil del edificio, así como la reducción en los gastos de mantenimiento.
Es evidente cómo el sector de la edificación posee un gran potencial de ahorro energético, pudiendo contribuir de manera muy significativa en la protección medioambiental y en el confort y bienestar diario.
Los edificios con certificación sostenible resuelven los desafíos de los tres pilares de la sostenibilidad: social, económico y medioambiental, manteniendo esta constante a lo largo de todo su ciclo de vida al minimizar el consumo de recursos naturales, reducir el impacto medioambiental y mejorar la visibilidad financiera del proyecto.
Weber, como parte del grupo Saint-Gobain, participa activamente en la creación de nuevos y más exigentes estándares de calidad, apostando por certificaciones que avalan el compromiso medioambiental y demostrando que, empleando los productos y soluciones Saint-Gobain, es posible diseñar, construir y rehabilitar edificios eficientes y sostenibles.