Por tanto, ¿Cuál es el precio del SATE y qué factores influyen en él?
El precio del SATE puede variar ampliamente según varios factores que abarcan desde el tamaño y la complejidad del proyecto, hasta los materiales utilizados, la calidad de la instalación y la ubicación geográfica.
Se podría decir que el precio del SATE depende básicamente de tres elementos principales: el coste de los materiales, el coste de la mano de obra y el coste de los permisos y autorizaciones necesarias para llevar a cabo su instalación.
En primer lugar, los materiales SATE abarcan desde el propio aislamiento térmico, su adhesivo, el revestimiento exterior aplicado y los accesorios que puedan ser necesarios para su instalación. De esta manera, el precio del SATE variará en función del tipo y la calidad de los mismos.
En segundo lugar, el coste de la mano de obra puede ser diferente según el proyecto, ya que la instalación de un SATE requiere de la experiencia y el conocimiento de un equipo de técnicos profesionales cualificados y capacitados para llevar a cabo su instalación, ya sea en rehabilitación u obra nueva, siendo los costes normalmente más elevados en el caso de la rehabilitación.
De esta manera, el precio del SATE variará según la ubicación geográfica, la complejidad de la obra y otros factores que puedan influir en el mercado y sector de la construcción.
En tercer lugar, es posible que sea necesario solicitar permisos y autorizaciones para llevar a cabo la instalación del SATE, un trámite que puede llevar implícitos gastos extra.
Es importante tener en cuenta que, a pesar de que el precio del SATE puede ser superior a otros métodos de aislamiento térmico, este sistema destaca por presentar una mayor rentabilidad a largo plazo en términos de ahorro energético.
¿Es muy diferente el precio del SATE al de otros sistemas de aislamiento?
Como hemos visto, el precio del SATE puede variar según factores como el tipo y la calidad de los materiales utilizados, la complejidad del proyecto y la ubicación geográfica.
En general, el precio del SATE puede ser inicialmente superior a otros sistemas de aislamiento, como el sistema de aislamiento térmico por el interior o el sistema de aislamiento de fachada ventilada, aunque el aislamiento térmico en cámara suele ser algo más competitivo no trata los puentes térmicos.
No obstante, es fundamental tener en cuenta que el sistema SATE presenta una serie de beneficios y propiedades que otros sistemas de aislamiento no contemplan. Entre estas ventajas destacan, sobre todo, la reducción de los costes de calefacción y refrigeración, al minimizar los puentes térmicos, lo que conlleva un importante ahorro energético a largo plazo.
Por otro lado, además, el SATE también ofrece otras ventajas a todos los usuarios, como la mejora del confort térmico y acústico, la protección contra la humedad y la resistencia del edificio o vivienda frente a otros agentes atmosféricos.
Ventajas del SATE frente a otros sistemas de aislamiento
Sin duda, las ventajas que ofrece el SATE frente a otros sistemas de aislamiento como el aislamiento térmico por el interior o el aislamiento de cámara son más que evidentes, no sólo en términos de rentabilidad y durabilidad del sistema, sino también en aspectos relacionados con la calidad del aislamiento y la consecución de un completo confort térmico y acústico interior.
SATE vs. sistema de aislamiento por el interior
En primer lugar, en comparación con el sistema de aislamiento por el interior, el SATE garantiza un aislamiento térmico continuo en la envolvente exterior del edificio. Si, por el contrario, el aislamiento se lleva a cabo por el interior, es posible que queden espacios sin aislar, como los puentes térmicos, algo que puede comprometer el rendimiento térmico general.
En segundo lugar, en cuanto a la relación de los sistemas de aislamiento con las apariciones de condensación y humedad, el SATE, al instalarse en el exterior de la fachada, ayuda a mantener la temperatura de las paredes por encima del punto de rocío, evitando la condensación y el exceso de humedad en el interior. En cambio, el sistema de aislamiento por el interior tiende a estar más expuesto a la aparición de condensación, sobre todo en aquellas áreas en las inmediaciones de los puentes térmicos (cantos de forjado, pilares y contornos de huecos y ventanas) caracterizadas por presentar bajas temperaturas
En cuanto a su instalación, una de las mayores ventajas del SATE es que se trata de un sistema que no reduce el espacio del interior del edificio, ya que toda su instalación se lleva a cabo desde el exterior de la envolvente del edificio, al contrario que en el aislamiento por el interior, un sistema que requiere de la instalación de capas adicionales en el interior de las paredes, disminuyendo así el espacio útil.
Por último, el SATE, como un sistema de aislamiento instalado en el exterior de la fachada, actúa como una barrera protectora del edificio, ofreciendo un extra de protección contra factores como condiciones climáticas adversas o posibles daños provocados por golpes e impactos.
SATE vs. aislamiento de cámara de aire
Al igual que con el sistema de aislamiento anterior, el SATE también ofrece un gran número de ventajas en comparación con el sistema de aislamiento de cámara de aire.
En primer lugar, el SATE, actuando sobre toda la envolvente exterior del edificio, ayuda a minimizar las pérdidas de calor y a mantener una temperatura interior más estable. El sistema de aislamiento de cámara de aire, en cambio, puede presentar fugas al no conocer con exactitud la homogeneidad del aislante en la cámara, pudiendo comprometer la eficiencia energética general y permitir pérdidas de calor adicionales.
En cuanto a los puentes térmicos, el SATE logra reducir su formación, ya que se trata de un sistema de aislamiento que se aplica directamente sobre la superficie exterior. En el aislamiento de cámara de aire es posible que se formen puentes térmicos en las áreas en las que las capas de aislamiento se unen, pudiendo provocar la pérdida de calor o frío.
Respecto al mantenimiento de estos sistemas de aislamiento, el aislamiento de cámara de aire requiere de un proceso de mantenimiento más exigente en comparación con el SATE al ser necesario acceder a la cámara de aire para llevar a cabo inspecciones o reparaciones, un hecho que puede aumentar los costes de mantenimiento.
Por último, el SATE permite una mayor libertad en el diseño arquitectónico, ya que el revestimiento permite amplias posibilidades en cuanto a colores y texturas. En el aislamiento de cámara de aire estas posibilidades se reducen, ya que generalmente se trata de un sistema que se oculta detrás de la fachada visible.
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