¿Qué es una barrera de vapor?
Una barrera de vapor hace referencia a cualquier sustancia que presente una alta resistencia al paso del vapor de agua, es decir, que impida que las moléculas de agua en forma de vapor se transformen en estado sólido como agua.
La barrera de vapor desempeña un papel crucial en la construcción de edificaciones, ya que su función principal es prevenir que el vapor de agua alcance las paredes, techos, áticos o áreas de acceso en los edificios, donde podría condensarse y propiciar el desarrollo de moho en los materiales de construcción. De hecho, incluso en estructuras muy sólidas, el daño causado por la condensación del agua podría afectar la eficacia del aislamiento.
Según las normativas del Código Técnico de la Edificación (CTE), se consideran barreras de vapor aquellos elementos que presentan una resistencia a la difusión de vapor superior a 10 MN·s/g, equivalente a 2,7 m²·h·Pa/mg.
De esta manera, los materiales que pueden actuar como barreras de vapor incluyen aquellos con baja permeabilidad diferenciando entre ellos, por ejemplo: láminas de plástico polietileno, revestimientos elastoméricos, papeles tipo Kraft o papeles de estraza, láminas bituminosas, poliestireno extruido…
Sin embargo, los materiales más apropiados para funcionar como barreras de vapor son las emulsiones asfálticas o bituminosas, ya que, desde una perspectiva química, son compatibles con otros materiales como el poliuretano, y aseguran un control eficaz de la humedad en las edificaciones.
¿Cómo funciona una barrera de vapor?
La barrera de vapor trabaja bajo un principio simple pero efectivo: impide que el vapor de agua se mueva a través de los materiales de construcción. Para ello, se coloca en la envolvente del edificio, usualmente en el lado más cálido de la estructura aislante, para evitar que la humedad se condense dentro de la estructura.
Debido a su principio de funcionamiento, la barrera de vapor es fundamental en climas donde la diferencia de temperatura entre el interior y el exterior del edificio es significativa, ya que estas condiciones propician la condensación del vapor de agua. Además, la instalación de barrera de vapor también es recomendable en:
- Estructuras cuya capa exterior está compuesta por materiales orgánicos susceptibles al crecimiento de microorganismos, como entramados de madera o fibras vegetales.
- Para la protección de materiales aislantes muy porosos, en especial si su naturaleza es orgánica (fibras de celulosa o fibras de madera) o si las condiciones climatológicas lo requieren.
Dónde instalar una barrera de vapor
Como hemos visto, la función principal de la barrera de vapor es evitar que el vapor alcance la zona "fría" (exterior) del edificio. Con este objetivo, es esencial ubicarla en las capas más internas del cerramiento.
La clave para una instalación exitosa de la barrera de vapor radica en garantizar una barrera continua sin agujeros, huecos o juntas que permitan la entrada de humedad. Por ello, la calidad de los materiales utilizados desempeña un papel determinante en la creación de una barrera de vapor efectiva.
¿Es necesario instalar una barrera de vapor con el sistema SATE?
En línea con lo anterior, debes saber que, de manera general, no es necesario instalar una barrera de vapor con el sistema de aislamiento SATE, ya que este sistema ya incorpora elementos que funcionan como barreras de vapor de forma implícita. De esta manera, el aislamiento térmico aplicado en el exterior, junto con la capa exterior de revestimiento y las posibles capas intermedias, actúan como una barrera eficaz contra la transferencia de vapor de agua.
El SATE está diseñado para controlar la humedad desde el exterior, evitando que penetre en la estructura del edificio. Además, al tener una colocación en el lado exterior del cerramiento, el aislamiento actúa como una barrera térmica, reduciendo el riesgo de condensación en el interior de las paredes.
En consecuencia, al utilizar el sistema SATE de manera adecuada, se minimiza la necesidad de una barrera de vapor adicional, ya que el propio sistema integra medidas para gestionar la humedad y mejorar la eficiencia energética del edificio. Sin embargo, es importante seguir las recomendaciones y directrices específicas del fabricante y de las normativas locales para garantizar una instalación correcta y efectiva del sistema SATE en cada situación particular.
En definitiva, la barrera de vapor en un edificio desempeña un papel crucial en la gestión del vapor de agua para prevenir problemas de condensación y daños a la estructura, evitando que el vapor alcance las áreas vulnerables, como paredes, techos y suelos, donde podría condensarse y provocar deterioro, moho o pérdida de eficiencia en el aislamiento.
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