¿Qué es el síndrome del edificio enfermo?
La realidad es que definir con precisión lo que implica un edificio enfermo y el correspondiente síndrome del edificio enfermo presenta algunos desafíos significativos, siendo las causas muy difíciles de identificar debido a la presencia frecuente de factores multifactoriales.
El término Síndrome del Edificio Enfermo (SEE) se refiere a la constelación de síntomas variados que experimentan principalmente los individuos que ocupan estos edificios. En cuanto a su diagnóstico, este se realiza a menudo por exclusión, ya que las causas subyacentes pueden resultar esquivas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) distingue entre dos tipos de edificios: aquellos que presentan temporalmente síntomas, como los edificios nuevos o recientemente remodelados, donde los malestares tienden a disminuir y desaparecer en aproximadamente medio año; y los edificios permanentemente enfermos, donde los síntomas persisten a lo largo del tiempo, a veces durante años, a pesar de haberse implementado medidas para abordar los problemas.
Síndrome del edificio enfermo: ¿por qué se caracterizan estas estructuras?
De manera general, no se debería asumir de manera concluyente que un edificio pertenece indefectiblemente a la categoría de "permanentemente enfermo". Sin embargo, en la realidad, estos edificios comparten varias características identificadas por la Organización Mundial de la Salud en las que a continuación, desde Weber, entramos en detalle:
- Frecuentemente cuentan con un sistema de ventilación forzada que suele abarcar la totalidad o grandes secciones del edificio, con una recirculación parcial del aire. Algunos edificios presentan ubicaciones inapropiadas para las entradas de aire fresco, mientras que otros utilizan intercambiadores de calor que trasladan contaminantes desde el aire recirculado al aire suministrado.
- En muchos casos, se construyen con materiales livianos y de bajo coste.
- Las superficies internas, incluyendo paredes, suelos y otros elementos de diseño interior, suelen estar mayormente revestidas con material textil, creando una alta proporción entre la superficie interna y el volumen del edificio.
- Se orientan hacia la eficiencia energética y mantienen temperaturas relativamente altas con un ambiente térmico uniforme.
- Se caracterizan por ser edificios herméticos, lo que implica que, por ejemplo, las ventanas no pueden abrirse.
Síndrome del edificio enfermo causas
En cuanto al origen del síndrome del edificio enfermo, este suele presentar causas multifactoriales, relacionadas con el diseño, la construcción y el mantenimiento de los edificios.
En primer lugar, podemos identificar diferentes problemas de ventilación, como sistemas inadecuados o la recirculación de aire contaminado, que contribuyen a la acumulación de agentes perjudiciales en el ambiente interior.
Por otro lado, las condiciones térmicas extremas y fluctuantes también desempeñan un papel crucial, afectando la comodidad y salud de los ocupantes. Además, materiales de construcción y acabados que emiten compuestos orgánicos volátiles, así como la presencia de moho, pueden comprometer, por su parte, la calidad del aire.
El diseño inadecuado del espacio, la instalación de unos sistemas de climatización con filtración deficiente y la falta de mantenimiento contribuyen aún más al SEE.
Asimismo, la gestión del edificio y factores psicosociales también están implicados. La falta de mantenimiento adecuado puede generar problemas que afectan la calidad del aire interior, mientras que factores como el estrés laboral en entornos insatisfactorios pueden influir en la percepción de síntomas asociados con el SEE.
Sin duda, abordar estas causas de manera integral, desde la mejora de la ventilación y el uso de materiales saludables hasta el diseño eficiente y la gestión proactiva del edificio es esencial para mitigar el riesgo y mejorar la salud de los ocupantes.
Síndrome del edificio enfermo: síntomas y diagnóstico
Detectar y diagnosticar un edificio enfermo puede ser un desafío, ya que la sintomatología asociada tiende a ser diversa y compleja, resultado de la combinación de diversos efectos. Los síntomas más destacados abarcan desde irritaciones en ojos, nariz y garganta, sensación de sequedad en membranas mucosas y piel, hasta ronquera, dificultades respiratorias, erupciones cutáneas, comezón, hipersensibilidades inespecíficas, náuseas, mareos, vértigos, dolor de cabeza, fatiga mental y una mayor incidencia de infecciones respiratorias y resfriados. En algunos casos, ciertas enfermedades preexistentes, como sinusitis y eczemas, pueden intensificarse en estos entornos.
El diagnóstico del síndrome del edificio enfermo implica una minuciosa investigación entre el personal afectado, considerando los síntomas mencionados. Además, estudios indican que los síntomas suelen ser más frecuentes por la tarde que por la mañana, que las quejas son más comunes en el sector público que en el privado, y que la percepción de molestias tiende a aumentar en entornos donde las personas tienen menos control sobre su entorno.
El papel del SATE para evitar el síndrome del edificio enfermo
El Sistema de Aislamiento Térmico por el Exterior (SATE) desempeña un papel esencial en la prevención del síndrome del edificio enfermo al abordar varios aspectos cruciales. En primer lugar, al mejorar la eficiencia energética, el SATE contribuye a mantener temperaturas internas más estables, reduciendo la necesidad de sistemas de climatización que pueden afectar la ventilación.
Además, al controlar la humedad y reducir los puentes térmicos, el SATE minimiza el riesgo de proliferación de moho, un factor asociado con problemas respiratorios y síntomas del SEE. Por último, al proporcionar aislamiento acústico, materiales saludables y mejorar el confort térmico y luminoso, el SATE crea un entorno interior que favorece el bienestar general de los ocupantes y contribuye a la prevención de molestias vinculadas al SEE.
En conjunto, la implementación adecuada del SATE no sólo promueve la eficiencia del edificio, sino que también se convierte en una medida integral para la creación de ambientes saludables y confortables.
Sin duda, el síndrome del edificio enfermo es un fenómeno complejo que plantea interrogantes significativas sobre la relación entre la arquitectura moderna y la salud humana. Para contrarrestar este fenómeno, es imperativo adoptar enfoques proactivos, como la implementación de sistemas como el SATE y la promoción de prácticas arquitectónicas que prioricen la salud y el bienestar de los habitantes. Sin duda, la conciencia y la acción colectiva son cruciales para transformar nuestros espacios construidos en entornos que no sólo sean funcionales y eficientes, sino también propicios para la salud física y mental.
¿Necesitas asesoramiento profesional? En Weber estaremos encantados de ayudarte. Contacta con nosotros.