Revestimiento de la fachada exterior
El revestimiento de la fachada hace referencia a la cobertura que se aplica en el exterior de los edificios y viviendas. Este revestimiento exterior de fachada no tiene únicamente un objetivo estético, sino que su función también está dirigida a dotar al edificio de una mayor protección, cobertura y resistencia.
A la hora de elegir el mejor revestimiento de fachadas exteriores, es necesario tener en cuenta aspectos como la durabilidad del material y la permeabilidad, así como su capacidad aislante térmica y acústica.
Los sistemas SATE destacan por ser uno de los Sistemas de Aislamiento Exterior por excelencia en el sector de la edificación y construcción, garantizando, en cualquier caso, un completo aislamiento térmico y, según el material, también un completo aislamiento acústico, ofreciendo además diferentes tipos de acabados SATE.
Otra de las cuestiones que se debe tener en cuenta a la hora de aplicar un revestimiento de fachada exterior, es conocer su normativa frente al riesgo de impacto o atrapamiento.
Normativa fachada exterior: seguridad frente al riesgo de impacto o atrapamiento
De manera general, todos los aspectos relacionados con la construcción de viviendas en nuestro ámbito de aplicación se encuentran recogidos en el Código Técnico de la Edificación, CTE.
Sin embargo, en los artículos referentes a la normativa de la fachada exterior de los edificios que se pueden encontrar dentro del Documento Básico SUA, Seguridad de Utilización y accesibilidad, y concretamente en el SUA 2 Seguridad frente al riesgo de impacto o de atrapamiento, no se establece una exigencia básica relativa a la resistencia frente a impacto para los sistemas de revestimiento exterior. Aunque podríamos incluirlo dentro de la exigencia básica del Documento Básico de Seguridad Estructural (DB SE), o bien, para las zonas accesibles, tales como zócalo de la fachada, en la exigencia básica del Documento Básico SUA 2 comentado anteriormente.
Por lo tanto, en el Código Técnico de la Edificación (CTE) no queda recogido explícitamente la característica de resistencia frente a impacto de un revestimiento de fachada exterior, y por lo tanto no incluye normativa ni métodos de ensayo para el cumplimento de la exigencia básica.
Independientemente que en el CTE no queden recogidas las especificaciones frente a la resistencia frente a impacto, en el Reglamento Europeo de Productos de la Construcción se determina que los elementos que se utilizan para revestir las fachadas tengan el marcado CE, según exigen los Documentos de Evaluación Europea (EAD).
La EAD (Documento de Evaluación Europea) es un documento que recoge el esquema de evaluación armonizado a nivel europeo para los productos y usos no normados o innovadores, como es el caso de SATE. Y entre las diferentes características que se exponen, se establecen las prestaciones de resistencia frente a impacto, que el fabricante del sistema constructivo declara.
Para tener clara y conocer la capacidad de protección y grado de resistencia al impacto que ofrece el revestimiento de una fachada exterior, es necesario someter a la fachada a diferentes condiciones e impactos de diferente intensidad para poder evaluar su nivel de cobertura.
El método de evaluación de la resistencia frente al impacto se basa en la realización de una serie de ensayos con un cuerpo duro y con un cuerpo blando sobre el sistema de revestimiento, con diferentes niveles de energía. Posteriormente se observa y se mide la huella y cualquier daño tras el impacto, y se clasifica el sistema en base a su comportamiento.
¿Qué se debe tener en cuenta sobre la resistencia a impacto en los revestimientos de fachadas exteriores?
A continuación, vamos a profundizar en algunas cuestiones que se deben valorar durante la construcción o la modificación del revestimiento de la fachada exterior, garantizando así que se cumple en todo momento con las diferentes normativas frente a impactos.
Ubicación de la fachada exterior
El lugar dónde está situada la fachada del edificio determina y condiciona, en gran medida, el riesgo de sufrir un impacto, así como la gravedad del mismo.
Son consideradas fachadas exteriores ubicadas en espacio público aquellas como:
- Los espacios abiertos, como plazas, patios de colegios, jardines o aceras anchas, que estén a más de 5 metros de la fachada.
- Los espacios limitados son aquellos que están a 5 o menos metros de la fachada, como calles y aceras estrechas. También los caminos peatonales o cuando hay un tránsito de peatones importante.
En los espacios privados se valora de manera especial los impactos en las fachadas exteriores, teniendo en cuenta tanto su uso como su accesibilidad:
- Lugares donde las personas puedan estar en contacto directo con la fachada.
- Espacios donde las personas pueden transitar.
- Espacios donde las personas no pueden pasar, salvo profesionales para realizar obras de mantenimiento.
En la ubicación, ya sea en espacios públicos o privados, se tienen en cuenta diferentes riesgos que puedan deteriorar el revestimiento de la fachada exterior como el contacto con las personas, la afluencia de tránsito, anchura de la acera…
La posición del revestimiento en altura
Se refiere a la altura a la que está la fachada exterior, algo que está directamente relacionado tanto con la accesibilidad de las personas como con el tipo de impacto que pueden recibir:
- Zona baja. Hasta los dos metros y medio. Es donde hay más posibilidades de que la fachada reciba cualquier clase de impacto ocasionado por la acción directa de las personas.
- Zona media. Va desde esa altura hasta los seis metros. Es poco probable que se produzca un impacto por la acción de las personas, pero no imposible.
- Zona alta. Situada a más de seis metros. Las posibilidades de recibir un impacto son casi nulas por parte de los vecinos.
Que el revestimiento de la fachada exterior se pueda reparar o modificar con facilidad
No todos los tipos de revestimientos para fachadas exteriores se pueden reparar o sustituir con facilidad cuando ha tenido lugar un impacto.
Los sistemas SATE están preparados para que se pueda reemplazar o reparar por capas. Para saber si es así, se comprobarán las siguientes cuestiones:
- Cómo está diseñado el producto.
- Qué tipo de fijación utiliza.
- Cuál es su modo de rotura para que las piezas no se desprendan y caigan.
- Cómo se accede a cada zona de la fachada.
- Que las piezas que se empleen para el reemplazo tengan las mismas características o mejores.
Estas son algunas de las cuestiones que se deben tener en cuenta y que recoge la normativa de revestimiento de fachadas exteriores. Sin duda, apostar por materiales de calidad, como los empleados en los Sistemas SATE, que garanticen una completa protección y cobertura frente a golpes e impactos será la mejor decisión para disfrutar de una fachada exterior con las mejores prestaciones.
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