Cuando se trata de diseñar fachadas eficientes y sostenibles, la elección del material aislante térmico es uno de los factores más determinantes. No solo afecta al confort interior, sino también al rendimiento energético del edificio, su durabilidad y el cumplimiento de las normativas vigentes en materia de eficiencia energética.
En los sistemas SATE, el tipo de aislante utilizado juega un papel crucial en el comportamiento global de la envolvente. Pero, ¿cómo saber cuál es el más adecuado para cada proyecto? En este artículo analizamos las claves que te ayudarán a elegir el material aislante térmico ideal para optimizar la eficiencia, la sostenibilidad y la estética de tus fachadas.
El papel del material aislante térmico en un sistema SATE
El material aislante térmico en un sistema SATE actúa como una barrera que reduce las pérdidas y ganancias de calor a través de la envolvente del edificio. Al aplicarse por el exterior, este sistema permite envolver el cerramiento con una capa continua de aislamiento, eliminando puentes térmicos y mejorando la inercia térmica del edificio.
Gracias a esta función, los materiales aislantes térmicos no solo mejoran el confort interior, sino que también reducen el consumo energético asociado a la climatización, contribuyendo directamente a la sostenibilidad y al ahorro económico.
Entre sus principales beneficios destacan:
- Reducción de la demanda de calefacción y refrigeración.
- Mejora del confort térmico y acústico en el interior.
- Protección del cerramiento frente a la humedad, el viento y la radiación solar.
- Incremento de la durabilidad y eficiencia global del edificio.
Factores clave para elegir el material aislante térmico en SATE
No todos los materiales aislantes térmicos ofrecen el mismo rendimiento ni se comportan igual en cada proyecto. La elección del producto ideal debe tener en cuenta factores técnicos, normativos y de diseño. Algunos de los criterios más importantes son:
- Conductividad térmica (λ): mide la capacidad del material para transmitir calor. Cuanto menor sea su valor, mayor será su capacidad aislante.
- Resistencia térmica (R): depende del espesor del material y de su conductividad. Un mayor valor R indica una mejor capacidad de aislamiento.
- Comportamiento frente a la humedad: es esencial elegir materiales que mantengan su rendimiento térmico incluso en ambientes húmedos.
- Reacción al fuego: los materiales empleados en SATE deben cumplir los requisitos del Código Técnico de la Edificación (CTE) en cuanto a comportamiento frente al fuego.
- Compatibilidad con el sistema: no todos los materiales se adaptan igual a los morteros y revestimientos. Es fundamental garantizar la adherencia y estabilidad del conjunto.
- Sostenibilidad: optar por materiales reciclables, con baja huella de carbono o procedentes de fuentes renovables contribuye a una construcción más responsable.
