El acabado que se aplica en SATE sirve para aislar a la fachada de cualquier agresión externa, como el calor, el sol, el viento o la lluvia. Es impermeable al agua, pero permeable al vapor de agua, para evitar la condensación y que aparezca el temido moho. Además, también es la parte que determina el aspecto de la superficie tanto en cuanto a color como a textura.
Como es lógico, a la hora de elegir el color y la textura el aspecto más importante es la estética. Sin embargo, en ocasiones es una cuestión vital bien porque se tiene que adaptar a la de la zona o porque se quiere mantener la imagen original del edificio en el caso de las obras de rehabilitación.
Hay que valorar que los acabados en cuanto a textura pueden ser diferentes, se pueden encontrar acabados lisos o con rugosidades que llegan a los 2,5 milímetros, aunque las más utilizadas son las que tienen un tamaño árido de entre 1,1 y 1,5 milímetros. Como puedes imaginar, tienen innumerables opciones para elegir el color del acabado. Se deberán tener en cuenta diferentes aspectos, pero sobre todo cómo se adapta al entorno y a otros elementos de la propia construcción.
Es importante que tengas claro que el acabado de la fachada debe cumplir tres requisitos:
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Tiene que ofrecer resistencia a la filtración del revestimiento exterior.
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Debe resistir la filtración de la barrera contra la penetración de agua.
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La composición de la hoja principal debe ser la adecuada.
A la hora de elegir el color y la textura del acabado de la fachada tienes muchas opciones con independencia de que se trate de un edificio de nueva construcción o de una obra de rehabilitación.
¿Qué ofrecen los sistemas SATE?
Insistimos en que la estética es importante, pero los sistemas SATE destacan por el confort que proporcionan a los habitantes del edificio. Reducen los puentees térmicos, ahorran energía y dejan fuera el ruido exterior.
Otra de sus ventajas es que al instalarse en el exterior de los edificios no afecta al tamaño de las viviendas, además, cuando se trata de una obra de rehabilitación las molestias que sufren los habitantes de las viviendas son las mínimas.
Cabe destacar que los sistemas SATE también están diseñados para impedir que el fuego se propague por la fachada en caso de incendio, algo que resulta sumamente importante.
La transpirabilidad también es fundamental. Como ya hemos comentado, si una fachada no traspira bien, es probable que aparezcan problemas de condensación y más adelante de moho.
¿Cómo elegir el acabado final SATE?
Tanto en un edificio de nueva construcción como en las obras de rehabilitación es importante elegir el acabado estético que mejor se adapte al entorno y transmita distintos valores como elegancia, distinción, innovación o calidad. Seguro que cada vez tienes más claro lo importante que resulta acertar con el color y con la textura.
Este acabado permitirá que los futuros habitantes perciban que la construcción tienes esas propiedades que trasmite la fachada. Sin olvidar que es importante que le dé un mayor nivel arquitectónico.