Como ya explicamos en el artículo anterior sobre molduras para fachadas exteriores, este es el último de una serie de artículos que analiza el papel de las molduras como elementos constructivos y estéticos, y cómo su integración con sistemas SATE puede mejorar tanto la eficiencia energética como la durabilidad de las fachadas. En esta ocasión, nos centraremos en las molduras en ventanas exteriores, su correcta integración con el SATE y las prácticas de mantenimiento profesional que garantizan su rendimiento a largo plazo.
Molduras en ventanas exteriores: diseño y función
Las molduras en ventanas exteriores no solo cumplen una función decorativa, sino que también aportan soluciones constructivas relevantes. Actúan como elementos que protegen los encuentros entre el marco de la ventana y la fachada, minimizando el riesgo de filtraciones de agua y puentes térmicos. Además, bien diseñadas, permiten que la fachada conserve su estética y continuidad visual, complementando la eficiencia del sistema SATE aplicado.
El diseño de las molduras debe contemplar varios aspectos clave: la forma, el tamaño y el material. En el caso de fachadas con SATE, es fundamental que las molduras sean compatibles con el aislamiento exterior, evitando que cualquier irregularidad comprometa la integridad térmica o la adhesión del revestimiento.
Integración con SATE: buenas prácticas de instalación
Para garantizar un rendimiento óptimo de las molduras en ventanas exteriores junto al SATE, los profesionales deben seguir ciertos pasos durante la instalación:
Evaluación inicial de la fachada: Antes de instalar molduras, es necesario comprobar que la superficie esté correctamente preparada, limpia y libre de irregularidades que puedan afectar la adherencia del SATE.
Colocación de anclajes y fijaciones: Las molduras deben fijarse de manera que no comprometan la capa de aislamiento. Es recomendable utilizar anclajes adecuados que distribuyan el peso sin crear puentes térmicos.
Adaptación de la capa de aislamiento: Las molduras deben integrarse de forma que la capa de SATE se ajuste alrededor de ellas, garantizando continuidad y evitando huecos que puedan derivar en fugas de calor o humedad.
Revestimiento final y acabados: Una vez colocadas las molduras, se aplica el revestimiento exterior, asegurando que se adhiera tanto al SATE como a las molduras, creando una fachada homogénea y resistente a la intemperie.