En la construcción y rehabilitación de edificios, uno de los factores más determinantes para garantizar la eficiencia energética y el confort interior es elespesor del aislamiento térmico en fachada. Definirlo correctamente no solo influye en el ahorro energético, sino también en la durabilidad del sistema, el cumplimiento del CTE y el bienestar de los ocupantes.
En Weber, entendemos que esta decisión debe basarse en criterios técnicos sólidos, no solo estéticos o económicos. Por eso, en este artículo explicamos cómo calcular el espesor óptimo del aislamiento en un sistema SATE, qué factores influyen en su elección y qué errores debes evitar en tu proyecto.
¿Por qué el espesor del aislamiento térmico en fachada es tan importante?
El espesor del aislamiento térmico en fachada determina la capacidad del edificio para mantener una temperatura interior estable durante todo el año. Un espesor insuficiente provoca pérdidas de calor en invierno y sobrecalentamiento en verano; mientras que un exceso de material puede suponer un sobrecoste innecesario sin grandes mejoras de eficiencia.
En los sistemas webertherm SATE, el aislamiento envuelve el edificio como una segunda piel, eliminando los puentes térmicos y reduciendo el consumo energético hasta en un 60 %. Pero la eficacia del sistema depende directamente de una correcta elección del espesor y del tipo de material.
Factores que influyen en la elección del espesor del aislamiento térmico en fachada
Para definir el espesor óptimo, es necesario considerar varios parámetros técnicos y normativos. Entre los más importantes se encuentran:
Zona climática del edificio: el Código Técnico de la Edificación (CTE) establece diferentes zonas según la severidad térmica. En regiones frías, como Burgos o Soria, se requiere un espesor mayor que en zonas templadas como Valencia o Sevilla.
Tipo de material aislante: cada material tiene una conductividad térmica distinta. A menor valor de λ, mejor capacidad aislante y, por tanto, menor espesor necesario.
El EPS (poliestireno expandido) tiene una conductividad de alrededor de 0,037 W/m·K, aunque su versión grafito llega a 0,032 W/m·K.
La lana mineral ronda los 0,035 W/m·K.
El XPS (poliestireno extruido) puede llegar a 0,034 W/m·K.
Requisitos normativos de transmitancia térmica (U): el CTE exige valores límite (en torno a 0,30 W/m² K para fachadas). El espesor debe permitir cumplir esos valores en conjunto con el tipo de cerramiento.
Tipo de cerramiento existente: un muro de ladrillo cerámico hueco tiene un comportamiento diferente al de un cerramiento de hormigón o bloque. La masa térmica y la inercia influyen en la necesidad de aislamiento.
Objetivo del proyecto: no es lo mismo un edificio nuevo que una rehabilitación energética. En proyectos con objetivos de alta eficiencia o estándar Passivhaus, el espesor puede ser superior al exigido por la normativa mínima.
