¿Qué factores influyen en la calificación energética de un edificio? El papel del SATE

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La calificación energética de edificios es una medida que evalúa el rendimiento energético de un inmueble, teniendo en cuenta diversos factores como el aislamiento, las instalaciones de calefacción y refrigeración, la eficiencia de los materiales empleados y las energías renovables utilizadas. En un contexto donde la sostenibilidad y la eficiencia energética son esenciales, entender cómo se determina esta calificación y qué factores influyen en ella se vuelve crucial, tanto para los propietarios como para los profesionales del sector de la construcción. 

La calificación energética de edificios se expresa mediante una letra (que va desde la A, la más eficiente, hasta la G, la menos eficiente), acompañada de una escala de colores que representa el consumo energético estimado del inmueble. Esta calificación se asigna tras realizar una evaluación técnica, que tiene en cuenta cómo el edificio consume y genera energía.

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¿Qué factores influyen en la calificación energética de edificios?

Existen varios factores que impactan en la calificación energética de edificios. A continuación, exploramos los más relevantes, que no solo afectan la puntuación final, sino que también determinan la eficiencia energética y el rendimiento general de un inmueble.

1. Aislamiento térmico de las fachadas y envolvente del edificio

Uno de los principales factores que determina la calificación energética de un edificio es su capacidad para conservar el calor en invierno y mantener la frescura en verano. Este factor está estrechamente relacionado con el aislamiento térmico, especialmente en las fachadas. Un aislamiento adecuado reduce la necesidad de calefacción y aire acondicionado, lo que a su vez reduce el consumo energético. Aquí es donde el SATE juega un papel fundamental.

Este sistema se aplica a la capa exterior del edificio, asegurando una barrera continua contra las pérdidas de calor y mejorando la eficiencia térmica. Además, el SATE también mejora la acústica del edificio, proporcionando un aislamiento acústico adicional.

2. Instalaciones de calefacción, refrigeración y ventilación

El tipo y la eficiencia de las instalaciones de calefacción, refrigeración y ventilación también influyen en la calificación energética de edificios. Las calderas de bajo rendimiento, los sistemas de aire acondicionado ineficientes o los sistemas de ventilación defectuosos pueden afectar negativamente la puntuación energética. Es esencial que estos sistemas sean eficientes y estén diseñados para trabajar de manera armónica con el aislamiento del edificio.

El uso de tecnologías de bajo consumo energético, como bombas de calor, sistemas solares o geotérmicos, también puede mejorar la calificación energética. Cuando se combinan con un buen aislamiento, estos sistemas pueden reducir significativamente el consumo de energía y mejorar la eficiencia general del edificio.

3. Materiales de construcción utilizados

El tipo de materiales utilizados en la construcción, en particular aquellos que forman parte de la envolvente del edificio (fachadas, techos, ventanas, etc.), también tiene un impacto en la calificación energética. Materiales como el vidrio de baja emisividad para ventanas, o paneles aislantes de alta calidad, pueden ayudar a mejorar el aislamiento térmico y reducir las pérdidas de energía.

El SATE, al estar compuesto por materiales aislantes de alto rendimiento como el poliestireno expandido (EPS) o la lana mineral, contribuye a la mejora de la calificación energética al asegurar que la fachada sea una barrera eficiente contra el frío y el calor.

4. Incorporación de energías renovables

El uso de energías renovables, como paneles solares, energía geotérmica o sistemas de aprovechamiento de energía eólica, también tiene un impacto importante en la calificación energética de edificios. Estos sistemas permiten cubrir una parte del consumo energético de la vivienda, lo que contribuye a una mayor eficiencia energética.

En el caso de la rehabilitación de edificios, la incorporación de paneles solares o sistemas geotérmicos puede mejorar la puntuación energética. Estos sistemas se complementan perfectamente con el SATE, al reducir la necesidad de generar energía a partir de fuentes no renovables.

5. Orientación y diseño del edificio

La orientación del edificio también influye en la eficiencia energética. Un diseño adecuado, que permita aprovechar la luz solar durante el invierno y reduzca la exposición al sol en verano, puede reducir las necesidades de calefacción y refrigeración.

El SATE, al mejorar el aislamiento en las fachadas, ayuda a mantener el confort térmico en cualquier tipo de diseño, independientemente de la orientación. Esto se debe a que, aunque el diseño del edificio puede influir en su eficiencia, un sistema de aislamiento como el SATE asegura que las ganancias de calor o frescura no se pierdan.

El papel del SATE es clave en la mejora de la calificación energética

La calificación energética de edificios es un indicador clave de la eficiencia energética y la sostenibilidad de un inmueble. Factores como el aislamiento térmico, las instalaciones de calefacción y refrigeración, el uso de energías renovables y la calidad de los materiales son determinantes para mejorar la puntuación energética de un edificio. El SATE juega un papel fundamental en este proceso, para conseguir que los edificios obtengan una mejor calificación energética.

Si estás buscando mejorar la calificación energética de edificios en tus proyectos de construcción o rehabilitación, contáctanos. Consigue más información sobre cómo integrar el SATE en tu próximo proyecto y mejorar la sostenibilidad de tus edificios.