Si necesitas ayuda para responder a estas preguntas, mira revistas, libros sobre decoraciones, blogs y sitios web para encontrar ideas. Guíate también por las telas, las alfombras, los muebles y las cerámicas están disponibles en gamas de colores más limitadas que las pinturas, así que escógelas primero y entonces decide el color de la pintura que quiera aplicar.
En cuanto encuentre algo que le guste, limite el número de colores en una habitación a tres o cuatro, como mucho. Demasiados colores pueden crear la sensación de un espacio cargado o abarrotado. La pintura es bastante económica y transforma una habitación más rápidamente que cualquiera otra cosa, así que puede permitirse experimentar un poco.
Coge un color cálido y acogedor como naranja claro, amarillo, beige o un blanco roto. Los pasillos tienden que sufrir por la escasez de iluminación, así que trabaja con fuentes de luz indirectas para iluminar este espacio y poner acentos. Un marrón claro puede que te funcione también si creas reflejos a través de tejidos o decoración.
Siendo un espacio de reuniones sociales, pide tonalidades cálidas: rojo, amarillo, naranja o un marrón más parecido a la tierra o bien un beige más sútil. Este tipo de colores ofrecen calidez, estimulan conversación y la gente se siente conectada. Puedes aprovechar el blanco si quieres crear ilusión de un espacio mayor. Un azul claro puede refrescar el salón si recibes mucha luz solar en verano. El verde puede plantearse como una opción si el salón es básicamente un área de introspección quieta.
La cocina es el sitio idóneo para colores más estimulantes como el rojo, naranja y amarillo. Proporcionan energía que se necesita para preparar la comida teniendo un impacto sobre su apetito ya que juegan sobre su lado físico, sensual. La decoración roja es común en restaurantes ya que mantiene fluidas las conversaciones e incrementa el apetito por la comida.
Lo mismo, el color rojo puede ser una buena opción para el comedor para aumentar el apetito, estimular la conversación y alzar la apreciación por la comida. En entornos con color rojo los invitados tendrán más ganas de alabar su cocina.
Por la misma razón el rojo lo mantendremos fuera del dormitorio. Para ayudar a relajarse, dormir y conectar con tu pareja piense en el verde, azúl o un violeta claro tal como la lavanda. Las tonalidades más oscuras crean efectos más marcados pero ten cuidado a que su dormitorio no se vuelva aburrido o incluso deprimente.
Para niños el color rosa puede tener un efecto calmante. Recuerda lo importante que puede ser para ellos expresar su creatividad y marcar su propio espacio.
Los tonos blancos y los colores cálidos son populares en los cuartos de baño dado que asociamos la limpieza con ellos. Pero los tonos azules y verdes tales como la turquesa también pueden refrescarlo y convertir el cuarto en una experiencia relajante tipo spa.
El rojo y el naranja te pueden proporcionar energía estimulante en tu espacio de entrenamiento, puedes añadir también azul o verde creándote una sensación de equilibro y felicidad mientras estás haciendo ejercicio.
El verde es apaciguador y fácil para los ojos. Dado que está en el centro del espectro de colores, inspira la sensación de equilibrio que es la mejor base para los periodos de concentración larga. Otra opción para tu estudio de trabajo puede ser el violeta dado que inspira muchos pensamientos, contemplación y retrospección – es una buena opción si tienes que pensar mucho.